De acuerdo con la OMS, se define como suicidio al acto deliberadamente iniciado y realizado por una persona en pleno conocimiento o alguna expectativa de su desenlace fatal. Igualmente, señala a este patrón como un problema multifactorial, que se deriva de una compleja interacción de factores tanto biológicos, genéticos, psicológicos, sociológicos y ambientales.
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Para abordar este tema, NTA conversó con el psicólogo Carlos Valero. El especialista indicó que la prevención del suicidio es posible, aunque difícil.
“Es muy importante tratar este tema como una realidad y no como un tabú. Hay gente que se niega a hablar de este punto porque es delicado y creen que sería incitación. Es una creencia falsa, no se trata de hablar del tema para que caiga en esa provocación, todo lo contrario. Incluso debería incluirse este tema como un punto de educación primordial”, destacó Valero.
Según a la OMS, el suicidio se encuentra entre las 20 causas de defunciones más comunes entre las personas de todas las edades. Esto se traduce en una situación bastante grave y delicada, ya que además calculan que al menos un millón de personas se suicidan al año.
Basándose en otros datos que ha registrado esta organización, el especialista destacó que se calcula que, por cada suicidio, haya al menos 20 intentos. Lo que significa que existan al menos 20 millones de personas al año, solo con intentos suicidas; no de ideación, eso aumentaría más el número.
Factores que influyen al suicidio y sus recomendaciones
Ante esto, el especialista destacó que hay factores que influyen de manera importante la probabilidad de ideación suicida, como las enfermedades mentales, depresión, trastornos que pueden ser psiquiátricos o no, relacionados con el consumo de alcohol o drogas. También, puede darse por violencia familiar, acoso escolar o la misma ansiedad.
“Se estima que un grupo elevado de pacientes plantea en consulta psicológica, que ha tenido por lo menos ideación suicida, lo cual es totalmente alarmante”, acotó.
Para esto, brindó una serie de importantes orientaciones principales y genéricas, con énfasis a que lo puede hacer, no solo el que padece la conducta, sino lo que haría el que está acompañando.
Si una persona tiene pensamiento suicida, estas son las recomendaciones que debe tomar:
- Evitar contacto con contenido violento o relacionado con el suicidio. Esto podría -en teoría- provocar una incitación. “No hay que confundir las cosas sobre caer en la incitación en esto. Hablar del tema, no incita a las personas. Se hablaría siempre en función de buscar protección, es un trabajo bastante amplio para que identifiquen sus emociones y busquen apoyo”.
- Debe evitarse el contacto con armas. De cualquier tipo, blanca o de fuego. Incluso de medicamento. Si se siente algún tipo de pensamiento relacionado al suicidio, lo ideal es evitar cualquier tipo de contacto con esto.
- Hacer ejercicios. Por muy básica que parezca, es muy importante. Cuando se realiza esta práctica, se liberan endorfinas, por lo cual le hará feliz.
Cuando una persona tiene estos tipos de pensamientos o intenciones suicidas, lo más relevante son dos aspectos.
- Compartir los sentimientos. Hablar del tema, no callarse, hablarlo con todo el que esté dispuesto a escuchar.
- Si se presentan síntomas como depresión, ansiedad, aislamiento, inapetencia, desmotivación en general, pérdida de cualquier tipo de deseos, llanto incontrolable o inexplicable, la recomendación primordial es: buscar ayuda terapéutica. Siempre es importante el apoyo y la terapia psicológica.

¿Qué debe hacer quien está cerca de la persona joven o adulta que tiene pensamiento o desviación suicida?
El destacado psicólogo consideró como pieza clave, a quien está cerca de una persona que tenga este tipo de problemas, ya que es de vital ayuda. Razón por la cual, recomendó unas acertadas consideraciones.
- Acompañar a la persona. Si alguien les dice que se siente mal, le hacen bullying, vive acoso laboral, sufre de violencia familiar, se siente desmotivado, entre otros aspectos similares, lo primero que debes hacer es acompañar. Con esto, disminuyes la probabilidad de que algo peligroso pase.
- Escuchar. No solamente con el propósito de dar algún consejo o juzgar. Sino para entenderlo y apoyarlo.
- No minimizar el problema. Esto es un error “gravísimo” que comete la gente. Sobre todo, los padres, incluso los que están casados. Cuando minimizamos los problemas, la gente se siente incomprendida e incluso eso podría generar más ansiedad, porque la persona pensaría que se está magnificando una cosa, cuando para los demás es una tontería, entonces se autocuestionan. Si escuchan a una persona que te busca como apoyo, no minimicen el problema.
“Hay un paradigma o creencia, que se refiere al hecho de cuando la persona dice que lo va a hacer, lo hace y ya, no lo dice. Entonces, ¿si una persona que te dice que se quiere suicidar y no lo hace, significa que no lo va a hacer porque no lo hizo? Es una creencia tonta. Si el individuo (a) lo dice, esa idea está en su cabeza y debemos estar pendientes de las acciones que haga”, alertó.
Por último, destacó la importancia que siempre tiene el hecho de acudir a terapia ante esta situación. Abordarlo a tiempo evitaría cualquier escenario lamentable. “Que la persona vaya a terapia debería ser el primer paso”, concluyó.