Unomia, un coral que está afectando las costas del oriente venezolano
El Unomia Stolonifera es un coral blando y depredador, de origen indo-pacífico que, según pobladores del Parque Nacional Mochima, fue introducido en sus mares por un acuarista hace más de 15 años y está afectando las costas.

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Esta especie es también conocida como «Xenia» por los habitantes del Parque Nacional, quienes desde que se percataron de este descubrimiento han estado en constante alerta.
Durante los últimos años, pobladores, pescadores, ambientalistas y autoridades del pueblo se han abocado a solicitar ayuda y buscar mecanismos para erradicar esta especie que está afectando el fondo marino.
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Un coral que está afectando las costas de Mochima
El riesgo de esta especie invasora radica en su capacidad para fijarse sobre cualquier tipo de material sólido y acabar con todo tipo de vida en el ecosistema marítimo.
La propagación y ausencia de depredadores naturales ha comprometido mayormente a la comunidad coralina.
De la misma forma, reduce el nivel de vida de un sin fin de especies que se encuentran en el mar; según estudios, ya la especie ha avanzado a más del 50% del territorio del Parque Nacional.
Los pescadores se han percatado que, de manera inconsciente, también han contribuido a la dispersión del Xenia, el animal se ha propagado en las redes y embarcaciones, lo que ha generado el crecimiento de nuevas colonias y ha viajado a distintas zonas del oriente venezolano.
Opiniones de expertos
Profesionales relacionados con el área marítima han tomado algunas acciones ante el problema. Además, buscan desarrollar una metodología de extracción segura, que no favorezca el crecimiento de la especie.
De acuerdo con Sybil Sant, profesora de la Universidad de Oriente (UDO) y bióloga marina, es necesario el estudio de la fisiología, estructura y metabolismo de la Unomia.
Además, asegura que es un error llamarlo «Xenia», porque no se hicieron los estudios correspondientes para darle este nombre a la especie; sin embargo, en el poblado de Mochima es como la conocen desde un principio.
Sant asegura que se deben hacer experimentos in vitro, es decir en laboratorio, e in situ (en terreno). Esto debido a las características geográficas y ecológicas que se presentan en Mochima y demás zonas afectadas.
Por otra parte, William Flores, un ambientalista radicado en el poblado turístico, aseguró que especialistas en biología y ambiente intentaron con la extracción manual erradicar a esta especie depredadora; sin embargo, se produjo un efecto contrario al facilitar su reproducción y expansión.
Afectación al fondo marino
Los arrecifes tienen un valor incalculable porque protegen las costas contra la erosión y los embates de las olas.

Estos también sirven como hábitat para muchas especies marinas, incluyendo las de consumo humano y son de gran importancia para el sector pesquero.
Al acabar con los organismos a su alrededor, el Unomia, ha incidido negativamente en la pesca artesanal. Se ha registrado una importante disminución en las capturas; al tiempo que la faena se ha vuelto más compleja en los espacios invadidos por el coral.
El coral maligno está generando un desastre ambiental difícil de reparar. Las consecuencias son trascendentales y focalizadas en la pesca, fauna e incluso la economía de la región.
El Instituto Nacional de Parques, la Cámara de Comercio de Mochima, biólogos, marinos y profesionales en el tema, se mantienen en la búsqueda de alternativas de extracción. Esto para remover de forma segura al animal y evitar su dispersión hacia más zonas del Parque Nacional y el resto de las costas orientales venezolanas.
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