Los vecinos de Cerromar en el municipio Díaz, en Nueva Esparta, denuncian que llevan años viviendo con una problemática de aguas negras que afecta principalmente a los que habitan las calles 1 y 8. Aseguraron que ya hasta les cuesta comer porque los olores que provienen de las alcantarillas se meten en sus hogares.

Explicaron que esta situación ya es de conocimiento de las autoridades, incluyendo a la alcaldesa Marisel Velásquez; pero que se siente engañados porque solo les prometen solución en tiempos de elecciones y luego se olvidan.
En el caso de la calle 1 de Cerromar, las aguas corren y se estancan justo al frente del Centro de Educación Inicial «Silfredo José Quijada Cova». Y según los propios vecinos de la comunidad, las clases en este plantel las suspendieron para evitarle a los niños problemas de salud que se derivan de estas aguas, como las infecciones respiratorias.
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Omar Salazar, habitante de la calle 1 de Cerromar, manifestó que “el bote de las aguas tiene como tres años. Aquí en la comunidad tenemos muchas alcantarillas, a cada dos casas hay una, y estas se tapan, se botan para la orilla y el agua corre por toda la carretera».
Mencionó que el tapabocas no solo lo utiliza para prevenir el covid-19 sino también «hasta en la casa por los malos olores que provienen de las aguas sucias en la calle”.
Lluvias agravan la situación
Igualmente, María Hernández, habitante de Cerromar, refirió que cada vez que llueve el problema «empeora», porque la cantidad de aguas negras que corre por las calles es mayor, «una muestra de eso es el agua que se estanca frente al preescolar, pero la verdad es que el gobierno no hace nada para resolver».
En la calle 8 de Cerromar, la señora Saturnina Carrillo, expresó que ellos pasan por la misma situación que en la calle 1. «No podemos ni comer porque así cerremos la puerta siempre se mete la pestilencia para allá. En diciembre del año pasado lo limpiaron y en enero ya estaba tapado. Aquí hay muchos niños y gente adulta, sobre todo yo que tengo 81 años y mucho es que no me la paso como un pollo con peste».
¿Qué hace el consejo comunal para buscar solución a la problemática?
Yilda Arcia, representante del comité de salud del consejo comunal, comentó que desde hace mucho tiempo se ha planteado esta grave situación. «Ya se le ha hecho saber a la gobernación, a la alcaldía, a Hidrocaribe y las partes pertinentes como el vocero presidencial de salud, y el ASIC. Ya saben todo este planteamiento que hemos dado hasta el día de hoy».
Sostiene que aunque ha hecho todo lo humanamente posible para ayudar a su comunidad, desconoce los motivos por los que las instituciones del estado no emitan una respuesta al desborde de aguas en Cerromar.
«Nosotros somos pueblo, de ahí para allá son las instituciones que tienen que abocarse a toda esta problemática que tenemos nosotros aquí», dijo.
¿Qué pasa con el alumbrado público de Cerromar?
No es la alcaldía la que vela por la iluminación de esta comunidad, son los mismos comerciantes de la zona, porque según como lo explicaron los vecinos, «el consejo comunal no hace nada por ayudar al pueblo y mucho menos la alcaldesa Marisel Velásquez, solo se motivan en los tiempos de elecciones».
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