Preparándonos para el 23F

Autor: Lic. Ricardo Martínez

El presidente interino Juan Guaidó estableció como fecha de ingreso de la ayuda humanitaria el 23F, día simbólico pues constitucionalmente hasta ese día está habilitado Guaidó para convocar elecciones. La lógica de la oposición ha sido impecable, actualmente bajo el tutelaje de los poderes públicos por parte del ejecutivo es inviable convocar elecciones, la opción ha sido presionar al gobierno con la apertura-bien justificada-de un canal humanitario. La presión ha sido una constante en incremento que no sólo está aglutinando a diversos grupos de la sociedad civil: transportistas, empresarios, estudiantes, sindicatos, sino que también a la comunidad internacional que, con sanciones al alto mando de gobierno y militar, restricciones a PDVSA y una campaña mundial de visibilización de la crisis humanitaria socava diariamente la legitimidad del régimen.

La respuesta del gobierno a la presión ha sido insuficientemente, primeramente, la campaña mediática nacional e internacional que busca posicionar la ayuda humanitaria como una intervención ha sido desvirtuada por la realidad de los hospitales sin equipos quirúrgicos, las farmacias sin medicinas y los supermercados sin comida, dicha realidad puede ser reflejada-sin censura- por medio de las redes sociales, igualmente la comunidad internacional ya sabe las tretas y los engaños sistemáticos del régimen para mantenerse en el poder y continuar violando el Estado de Derecho y los DDHH. En segundo lugar, ha continuado la persecución hacia defensores de DDHH y la represión, por ejemplo, en la marcha del sector educativo en Táchira.

El ahogo diplomático y económico del régimen, lo empuja a la desesperación y responde incrementando la movilización de tropas militares a las fronteras, al mismo tiempo que no descartan un enfrentamiento bélico. Solamente al gobierno se le escapa que la presión diplomática hacia ellos es inédita y actualmente la ONU y la mayoría de los Estados democráticos respetan la autodeterminación de los pueblos, esto no quiere decir que se descarte de lleno un enfrentamiento, sino que el gobierno seguramente no podrá resistir las múltiples presiones nacionales e internacionales-inéditas, y quizás no militares- que recaerán sobre él.

Dicho esto, actualmente la comunidad internacional y la oposición venezolana se concentran en un solo día el 23, los esfuerzos diplomáticos, logísticos, políticos, económicos y humanos están siendo encaminados a preparar el terreno para la ayuda humanitaria. Ciertamente también hay muchas dudas respecto a si será posible la apertura del canal luego de la negativa del gobierno, pero el 23 será la fecha en que los venezolanos y el mundo sabrán el grado de perversidad del régimen o la capacidad de resistencia de la elite dominante a la presión. Sin embargo, la ayuda humanitaria no entrará sola, la OEA ya esta trabajando en una comisión para elecciones libres en Venezuela y el grupo de contacto formado en Uruguay visitará la próxima semana Venezuela. Es importante resaltar que tanto la OEA y el grupo de contacto coinciden en que son necesarias y urgentes unas elecciones libres en Venezuela. Prospectivamente, en la semana se seguirán sumando voluntades y esfuerzos para presionar al régimen, una posible desobediencia de algún militar pudiese romper la cadena de mando y fracturar a la FAN, de momento ha sido difícil pero lo que se viene esta semana es algo nuevo y que indudablemente estará escrito en la historia contemporánea de Venezuela.

En este conteo hasta el 23, los días se pasarán rápidos y los sucesos serán muchos e inéditos, lo cierto es que el puente tienditas por el lado colombiano tendrá a miles de venezolanos que querrán entregar la ayuda humanitaria y del lado venezolano posiblemente estén sus connacionales esperando la ayuda. El 23 la presión al gobierno será máxima y hasta la fecha no se ve ningún tipo de reacción contundente de esté, quizás el jueves o viernes puedan decretar estado de excepción o impedir la venta de gasolinas en el interior del país para que los que quieran llegar a la frontera no lo puedan hacer. Pese a ello no se otea ningún tipo de reacción de esta magnitud. Esta semana de febrero será recordada por todos como el preludio a un proceso de intensificación de la presión hacia un régimen que nos ha arrebatado amigos, familiares, oportunidades pero que no nos ha quitado la esperanza de que un mejor futuro es posible y que Venezuela podrá más temprano que tarde resurgir y ser un país rico, pero no solamente en minerales sino en valía y coraje por tener a una ciudadanía que lucho, lucho y lucho, y con el favor de Dios vencerá.

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