Miles de venezolanos emigraron a Argentina con más fuerza a partir del año 2017, huyendo de una profunda crisis humanitaria. Pero llegó la pandemia y con ella se pusieron en pausa los reencuentros y la migración hacia el país sureño.

Entre las restricciones por la cuarentena declarada en Argentina, se limitó el ingreso de extranjeros a familiares directos de residentes, sea: madre, padre, hermanos, hijos o esposos. Y se dispuso de dos modalidades para permitir su entrada al país: visita de turista por un tiempo de tres meses y con un arancel de nueve mil pesos, o el establecimiento directo como residente a través de la reunificación familiar por un costo de 500 dólares americanos.
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Una disposición que no se cumple
De por sí estas especificaciones ya resultaron un cambio bastante brusco para un país. Pues en años anteriores era elegido por muchos venezolanos por la facilidad de ingreso y receptividad para los migrantes, a diferencia del resto. Pero lo que más ha preocupado a la comunidad venezolana es la imprecisión que existe para aceptar la documentación vencida como lo dispone la Disposición 520/2019 de la Dirección Nacional de Migraciones Argentina.
En esta disposición, el gobierno argentino reconoce como vigentes todos los pasaportes venezolanos cuyo vencimiento no sea superior a dos años. Es decir, permite a los migrantes venezolanos que tengan el pasaporte vencido ingresar y salir del territorio argentino, así como iniciar trámites para regularizar su estatus migratorio.
Cabe destacar que la cédula de identidad también es reconocida como un documento válido para ingresar o salir del territorio argentino. Además establece que todo ciudadano venezolano menor de nueve años acompañados de sus padres podrán ingresar a territorio argentino sólo con la partida de Nacimiento, sin importar que no tenga pasaporte u otro documento de identidad.
Sin embargo, muchos son los casos de personas que no pueden ingresar al país por presentar documentación vencida, y otros donde se les permite establecerse en el país, pero no se les deja avanzar con el trámite del DNI por esta misma razón.
¿Deportada por tener pasaporte vencido?
Una joven venezolana que viajaba de Colombia a Argentina, para reencontrarse con su madre y hermana que desde hace tres años viven en suelo porteño, fue deportada al intentar ingresar al país. Fue Diego Alejandro del Río, funcionario de Migraciones quien le prohibió el acceso al país cuando la venezolana arribó al aeropuerto de Ezeiza el pasado 15 de junio. Alegó que no podía dejarla entrar por tener el pasaporte venezolano vencido y aunque le mostró su cédula de identidad vigente, este se negó.
Pese a presentar todos los requisitos exigidos por las leyes migratorias para optar por la reunificación familiar, le negaron su entrada. La joven contaba con los siguientes documentos: pasaporte con vencimiento menor a dos años, cédula de identidad venezolana, documento vigente de residencia colombiana, partida de nacimiento legalizada y apostillada. Además, su carta de explicación de motivos de ingreso al país, declaración jurada, antecedentes penales actualizados, prueba PCR con resultado negativo y seguro de viaje Covid.
Igualmente anexó la partida de nacimiento legalizada y apostillada de sus familiares, copia de DNI de residencia de sus familiares, carta de invitación y la disposición de migraciones. En este último, autorizan a los venezolanos ingresar con el documento vencido.
“Fue obligada a abordar un vuelo de deportación sin siquiera explicarle a donde la estaban llevando y el itinerario de ese viaje, le retuvieron sus documentos colombianos y una vez en Bogotá, la sacaron del vuelo escoltada por policías como si fuera una delincuente, violando así sus derechos humanos”, contó su madre al medio digital EsReviral, quien además por miedo pidió resguardar su nombre.
Todas las opciones negadas
La joven intentó pedir asilo político y también le fue negado. Además, no le dieron la posibilidad de contactarse con la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). No se le permitió apelar a ningún otro recurso, más que abordar un avión de retorno. Aunque las razones no estaban en el marco de las disposiciones ni clara.
“Ese sujeto Del Río le dijo: aquí la autoridad soy yo, deberías irte a Venezuela de una vez. Es que ni siquiera le permitieron ir a un baño, hablar con un familiar o abogado. Recibió mucho maltrato verbal y xenófobos; la trataron de ladrona y boricua, la amenazó con quitarle el celular”, agregó.
Una decisión personal de un funcionario
Otro dato que llama la atención es que al momento de presentarse en el aeropuerto de El Dorado, en Bogotá, la venezolana presentó toda su documentación. Los oficiales se comunicaron con la embajada de Argentina, al constatar que tenía todo en regla autorizaron su vuelo e ingreso al país sureño.
Su hermana también lo intentó todo desde el otro lado del aeropuerto de Ezeiza. Pidió explicaciones en migraciones, puso el reclamo y solicitó como familiar directo el ingreso de su hermana que cumplía con todos los requisitos para la reunificación familiar. Sin embargo, la respuesta que recibió por parte del funcionario es que no podía ingresar por decisión de él.
“Me dijo que me tenía que retirar o llamaría a la policía. Simplemente me dijo que me retirara y que no podía hacer nada porque mi hermana era deportada”.
“A unos sí a otros no”
Desde que se dio a conocer este caso, la preocupación en la comunidad venezolana en Argentina crece y el temor de que este escenario pueda repetirse de forma generalizada para todos los connacionales que intenten ingresar a suelo argentino. Sin embargo, la representante diplomática por el gobierno interino, Elisa Trotta, catalogó el hecho como un abuso de poder por parte del funcionario.
En las últimas semanas, en fechas cercanas a este caso. Otros venezolanos contaron a Todos Ahora que lograron reencontrarse con sus familiares y optar por la reunificación familiar sin ningún inconveniente, incluso con documentación vencida. Aseguran además que todo depende en muchas ocasiones de la persona que esté a cargo en ese momento en migraciones.
“Es cuestión de suerte muchas veces, aunque no debería serlo. Mis padres ingresaron sin ningún problema. Mi mamá tenía pasaporte vigente pero mi papá no, y aunque teníamos ese miedo al llegar a Ezeiza los trataron de la mejor manera y todos sus documentos fueron aprobados para ingresar por tres meses”, contó una joven venezolana que prefirió hablar desde el anonimato.
¿Una ruleta de la suerte? En eso se ha convertido en los últimos tiempos el reencuentro de los venezolanos con sus familiares en Argentina. Un esfuerzo de gastos para cubrir pasajes y todos los requisitos necesarios que puede perderse en tan solo minutos. Sumado a la dificultad de obtener la documentación vigente por parte de las autoridades del gobierno de Maduro.