Jóvenes carabobeños ponen en segundo plano sus estudios para trabajar 

La situación que atraviesan algunos venezolanos, obliga a los jóvenes a dejar a un lado sus estudios para trabajar y llevar el sustento a sus hogares.

La historia de Aarón Salazar, un muchacho de 17 años de edad, residente del sector El Toco, del municipio Guacara, es similar a la de otros adolescentes que deben trabajar desde temprana edad. Esto por no contar con recursos económicos para seguir sus estudios superiores.

Debajo de una mata de mango, en la vía pública que conduce hacia el sector Vigirima, el muchacho improvisa su barbería y comienza su faena cada mañana. Esto para conseguir dinero y ayudar a su familia.

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Jóvenes carabobeños en medio de la crisis

Salazar narró que al salir de 5to año, en el 2020, se ha dedicado a trabajar arduamente por el bienestar de sus padres y su hermano menor. 

Comentó que hace tres años realizó el curso de barbería en la ciudad de Caracas y se pulió afeitando a sus amigos y familiares, y al salir del liceo vendió una cochina que le regalaron en la finca donde trabajaba cuidando animales y compró los implementos para emprender su negocio de barbería.

Al mismo tiempo, el barbero repara zapatos para reunir y costear sus estudios superiores.

El muchacho indicó que quiere estudiar Mecánica Industrial, pero el instituto donde aspira emprender sus estudios es costoso. Además, sus padres no contaban con los recursos para asumir los gastos.

Afortunadamente, el adolescente tiene su clientela fija y cobra un dólar por corte para atraer nuevos clientes. 

El propósito del barbero es reunir el dinero suficiente para iniciar sus estudios superiores y poder seguir llevando el sustento a su hogar.