Venezuela vivió el pasado año uno de los aconteceres más traumáticos para sus ciudadanos. Días y noches de oscuridad generaron desespero, ansiedad y un sinfín de sentimientos que actualmente temen vivir de nuevo; episodios de mortalidad en hospitales, falta de comida y rostros que reflejaban un cansado semblante era lo que transcurría por las calles de un estado industrial que cuenta con sus propias estaciones eléctricas y que en su momento no estaban en las condiciones necesarias para soportar la crisis eléctrica más caótica del país.
Frank Martínez, cuñado de la víctima nos contó a Todos Ahora de manera cronológica un lamentable hecho que ocurrió a raíz de las fallas eléctricas. Se trató de Jeiter Ramos, un joven carabobeño específicamente del municipio Guacara de 26 años. Él se caracterizaba por su nobleza, gran corazón y deseo por trabajar para ofrecer una buena calidad de vida a su familia que estaba conformada por su esposa llamada Karla Serrada, dos hijos, uno menor de tan solo meses de nacido y otro que cumplió tres años exactamente un día después de aquel donde las llamas fueron tan solo el inicio de la peor pesadilla de sus vidas.
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Martínez comentó que dentro de los grandes deseos de Jeiter estaba el festejar el año de vida de su hijo mayor. Sin embargo, por situaciones económicas se le imposibilitaba este hecho en sus dos primeras ocasiones. Pese a este problema estaba convencido de que en 2019 vería en su hijo un rostro con brillo de felicidad. Todo gracias a que su emprendimiento finalmente le permitió tener las bases requeridas para lograrlo.
Más de la historia de Jeiter
El hecho ocurrió un día con un nostálgico cielo donde a pesar de tener la tensión de las fallas eléctricas en el país Jeiter, quien también logró graduarse de Licenciado en Relaciones Industriales de la Universidad de Carabob, siempre mantenía la convicción de seguir trabajando.
Sus vecinos afirmaron que era un trabajador honesto y sencillo. Tanto que en los momentos donde no había energía el “fiaba” la mercancía de su panadería artesanal para que nadie quedará sin comer entendiendo la situación.
Llegaba Jeiter a las tres de la tarde con su mercancía. Como era costumbre no contaban con la electricidad y para poder trabajar se requería el uso de su planta eléctrica que dependía completamente de la gasolina. En vista de no tener combustible buscó resolver lo que le imposibilitaba su venta. Se vio en la obligación de pedirle a su vecino que lo auxiliara debido a que el mismo poseía un vehículo y que seguramente podía proveerle lo necesario.
El inicio de la tragedia
Su vecino, quien mantenía junto a él una relación de amistad, vive hasta actualmente en una casa de dos plantas con garage de espacios confinados y sin ventilación alguna. El residente aceptó gentilmente auxiliarle con el combustible. “No pudieron extraer la gasolina por la parte de atrás del carro como es común porque no tenía suficiente cantidad», comentó Martínez.
En su relato también afirmó que “el vehículo tenía bomba de gasolina eléctrica. Está fue la única opción, quitaron el tapón y pasaron el suiche para empezar a sacar por allí”. Asimismo agregó que al ser un lugar cerrado trae como consecuencia que dicho combustible se presente en su forma gaseosa y no en su estado líquido.

Al iniciar este acto Ramos inhaló dicho vapores durante todo el proceso de extracción, una vez culminado retiran el suiche del carro para que se apagará la bomba, pero, existió una desconocida causa que inició un incendio. El mismo provocó que el envase donde había recolectado la gasolina se volteara encima de él encendiéndose en llamas y que no sólo logró alcanzar a Jeiter en su exterior sino también en su interior dejando el 80% de su cuerpo con quemaduras. “Él subió las escaleras corriendo. Era una antorcha humana pero los daños más graves no se podían ver” comentó Martínez.
«Todo esto es culpa del gobierno»
Luego lo trasladaron de emergencia al hospital MALPICA donde a pesar de sufrir graves daños duró más de una hora sin ser atendido. Comentó Martínez que con desesperación buscó a los enfermeros y médicos para que atendieran debidamente a Jeiter quien ni siquiera tenía hidratación puesta. Aguantó su dolor en una cama pero que aún se mantenía consciente y le comentó a su cuñado dos cosas que para Frank aún son recuerdos que invaden su mente “tengo frío y esta gente no me atiende” y “yo creí que me iba a morir”.
Tiempo después fue trasladado a la Ciudad Hospitalaria Enrique Tejera donde horas después a causa de las quemaduras dentro de su organismo y deshidratación en riñones falleció Jeiter Ramos. En sus últimas palabras dijo “todo esto es culpa del gobierno. Aunque existieron muchas cosas que pude evitar la razón principal son las grandes fallas eléctricas que hay”. El hombre murió un día después del tan anhelado cumpleaños número tres de su hijo mayor.
Finalmente, Martínez emitió un mensaje de concientización ante estos acontecimientos y a ser minuciosamente precavidos. “Es un peligro al que estamos expuestos todos los venezolanos por la negligencia de este gobierno”. Además agregó “es muy triste que alguien tan joven haya partido por querer resolver y seguir adelante con su negocio”. Invitó a las autoridades a eliminar regulaciones que obligan a los ciudadanos realizar acciones que traen resultados lamentables como estos.