Empresas privadas en Venezuela: ¿cómo deben afrontar la radicalización?

La radicalización de la cuarentena ha obligado a las empresas privadas en Venezuela a buscar la forma de sobrevivir. Una tarea titánica que se acompleja debido a la crisis que afecta al país de forma aguda en los últimos años.

Para profundizar sobre este tema, Todos Ahora entrevistó a Albani Granado, economista empresarial de la Universidad Metropolitana. También magister en Economía Aplicada de la UCAB.

En la conversación tratamos algunos puntos relacionados a los desafíos que enfrentan los empresarios en el país al ver paralizadas sus actividades comerciales.

¿Qué retos tienen las empresas privadas en Venezuela?

«El primer desafío que enfrentan las empresas con la radicalización de la cuarentena es mover sus operaciones del plano presencial de una oficina al teletrabajo. No todas las empresas pueden hacer esto operacionalmente debido a su tipo de negocios. Digamos que, aquellas que ofrecen servicios, puede que sus operaciones no se vean tan afectadas como aquellas empresas en el ramo de la manufactura, restaurantes y hoteles, talleres mecánicos, entre otros. A nivel mundial estos han sido los sectores más afectados. El problema es que el ´Gran confinamiento´ (como lo llama el FMI) llegó a Venezuela en periodo donde nuestra economía atraviesa un colapso de su actividad económica que acumula 6 años y donde ha perdido 50% de su PIB», dijo en primer punto.

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Por esta razón, la especialista considero vital que se de un proceso de flexibilización en la gerencia de las empresas para adaptar, en los casos que sea posible, las operaciones al teletrabajo.

En un segundo punto, Granado comentó que hay una importante caída del consumo y por lo tanto de las ventas. «Ante la incertidumbre de la crisis, los consumidores se vuelven muy cuidadosos con sus gastos, priorizando hacia el consumo de subsistencia. Esto está pasando a nivel mundial, pero en Venezuela ya llevamos 6 años con una caída del consumo. La situación es mucho más crítica en este país. Si las empresas no venden, no pueden cubrir sus costos fijos, por lo cual se ven en la necesidad de recortar personal o cerrar operaciones».

Por esta razón estimó que esta última opción es la que más se está viendo en Venezuela. «A nivel mundial, los gobiernos han tomado medidas para que las empresas sigan a flote otorgando paquetes de créditos para cubrir la nómina de aquellas empresas que se han visto más afectada. Pero en Venezuela el crédito es prácticamente inexistente»-

Ayudas inexistentes

Agregó que países en Latinoamérica han lanzado paquetes económicos para respaldar a las poblaciones más vulnerable incluyendo a algunas empresas que puedan ver mermados sus ingresos. Sin embargo, «Venezuela no tiene ese espacio porque si intenta realizar este tipo de planes solo podrá ser financiados emitiendo dinero, lo que produce mayor inflación. Nuestro problema es que siempre manejamos mal las crisis y cuando necesitamos herramientas para enfrentarlas, ya no quedan», consideró la economista.

Opciones para dueños de negocios

Albani Granado explicó que los empresarios tienen pocas opciones para subsistir si la cuarentena se sigue radicalizando. «Los dueños de los negocios se ven en la necesidad más inmediata de recortar personal», dijo como posiblidad más inmediata.

«Si no puedes vender lo suficiente para cubrir los costos, tienes que recortar personal», agregó.

En segundo, habló del cierre de operaciones a la espera de que la pandemia pase.

«Este es uno de los pocos países, en comparación a economías emergentes o pobres, que ni siquiera ha probado créditos para cubrir los costos de las empresas más afectadas por la cuarentena», sentenció.

Y si la radicalización se mantiene, ¿qué pasará con la economía?

La experta habló de posibles escenarios que podrían desencadenarse por la paralización de los comercios. «Estaríamos hablando de una caída del PIB alrededor de un 20%. Estaríamos hablando de una profundización del colapso económico de Venezuela, tanto del consumo como de ventas», sostuvo.

Añadió que también es probable que aumenten los niveles de desempleo y pérdida de la actividad económica a nivel de las empresas.

En el caso del ciudadano de a pie podrían verse «niveles muy paupérrimos de vida», sobre todo por la afecciones de los servicios básicos y el aumento de la gasolina.

«Venezuela tiene un historial de políticas fallidas, de irresponsabilidades macroeconómicas que le impiden acceder a financiamientos internacionales. Sin un cambio de gobierno, nada de eso puede llegar a la sociedad», dijo.

Granado manifestó que en países como Corea del Sur, Singapur, aplicaron cuarentenas en puntos específicos combinada con el aumento de números de test para localizar los casos específicos y así aislarlos. Con esto lograron salir de una forma más rápida de la crisis económica que genera el detenimiento de las actividades.

Empleados de empresas privadas: ¿qué hacer?

Para quienes dependen de un salario producto de la actividad económica privada, la economista dijo: «El tema de ahorrar es bastante complejo ante esta situación, muchos han perdido sus trabajos. Lo que queda es adaptarse y buscar otra funte de generación de ingresos».

En este sentido puso como ejemplo el delivery, una actividad que ha ayudado a algunos pese a la caída del consumo que se registra.

La otra opción es que aquellos que conserven su trabajo y pueden ahorrar, deben tratar de focalizar sus gastos hacia las necesidades básicas. «Es necesario ahorrar, pero no todo el mundo puede hacerlo. Hablamos de una población que destina el 90% de su ingreso a comida y en algunos casos en donde un tramo de la población que percibe más de salario mínimo, destina todo su ingreso a adquirir comida; incluso ni siquiera les alcanza para cubrir su necesidad alimentaria básica».

En este momento hay que buscar iniciativas virtuales y teletrabajo, según Granado Además buscar la forma de conservar a los clientes y en caso de querer emprender algún negocio apuntar hacia necesidades básicas de la población.

Foto: Cortesía

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