Me detuvieron y esposaron arbitrariamente sin cometer delito alguno. ¿La razón? Tomar una fotografía en una zona de alerta con propagación de Covid-19. Todo ocurrió cuando decidí percatarme de la alcabala instalada por agentes de la Policía Nacional Bolivariana que bloquea mi salida desde mi residencia a las actividades de trabajo y las vías que me permiten transitar libremente por la ciudad de San Cristóbal. He tenido pocos problemas con los representantes de la “ley”, pero en esta cuarentena me privaron casi 1 hora de libertad y solo por tomar una foto.
Por nuestra historia reciente los policías me inspiran muy poca confianza. Sus excesos e incumplimiento de la ley y el irrespeto a los ciudadanos está muy bien documentado. Al ser llamado de atención, solo corrí. Corrí de la arbitrariedad, de la injusticia, del desprecio por la ley. Naturalmente me atraparon, y no resultó nada agradable. Es lamentable que quienes cuidan por los ciudadanos no cumplan y no garanticen las leyes, normas y procedimientos. Así pude constatarlo corporalmente al momento de mi detención arbitrariamente por cuerpos de seguridad que desconocen los procedimientos indicados para su actuación. Ejerciendo su control en un modo subjetivo alejado de la objetividad del derecho y vulnerando la integridad y dignidad de las personas, de nosotros los ciudadanos venezolanos.
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¿Por qué ocurrió la detención?
Tomar un video o fotografía y no portar mascarilla no representa un delito tipificado que amerite detención. Un aspecto fundamental que no tomaron en cuenta y que me ha generado en un día cotidiano un agravio hacia mi familia y mi persona. Las preocupaciones, los malos momentos y la simple sensación de desconfiar de la fuerza pública que debe cuidar a la sociedad, se genera por sujetos que desde su actuación arbitraria, ilegal e irregular coartan los derechos, garantías y libertades de las personas.
La sociedad está expuesta al abuso de las atribuciones de agentes de los cuerpos de seguridad que, sin ningún control están cercenando la humanidad de los venezolanos.
Policía de Venezuela ¿seguridad o peligro?
Es muy preocupante escuchar de un oficial de seguridad que él pudo accionar su arma de fuego en mi contra al no obedecer su llamado de atención.
El desconocimiento de protocolos de actuación en funcionarios que están armados en nuestras calles es algo muy delicado. Lo cual nos pone en peligro a todos. Por ello, es importante que los ciudadanos y funcionarios entiendan la diferencia entre una falta y un delito. La desobediencia a una orden o medida tomada por la autoridad no es un delito.
Lamento que el Estado de derecho sea violado por la actuación de agentes de la policía que optaron por esposarme y coartar mi libertad según su voluntad. Por tomarles una fotografía y desatender sus injustificados llamados de atención. Ellos en su actuación violaron el artículo 44 de la Constitución que establece que nadie puede ser detenido o arrestado sino en virtud de una orden judicial o ser sorprendido infraganti.
Es importante hacer notar que mi comunidad se encuentra en riesgo por la propagación de la COVID-19. Pero en ninguna manera se justifican el hermetismo y la coacción a nosotros los ciudadanos que gozamos de la libertad en el desarrollo de nuestra personalidad de acuerdo a la constitución y la ley.
Es muy preocupante como están actuando los sujetos que esta adentro de nuestras instituciones ¿Quiénes están garantizando la seguridad y la justicia de la república?
