Día 11: soy un papá en cuarentena

No poder salir de un apartamento de 60 metros es una sensación muy agobiante. Soy adulto y entiendo la cuarentena, mi pareja también la entiende. ¿Mi hija? Esperemos que lo sepa llevar, nosotros hacemos lo posible para entretenerla .

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Los desayunos, la ventaja de la cuarentena

En casa nos despertamos siempre temprano, a pesar de que no tengamos que salir a calle, la idea es no vagar, estar activos desde muy temprano nos ayuda a afrontar la realidad de la mejor manera, tener la sensación de que siempre hay algo que hacer.

Una de las ventajas de estar en casa con todo el tiempo disponible es la manera de preparar el desayuno. Le dijimos adiós a los sanduches de fácil preparación por unas ricas arepas con queso, caraotas refritas, huevos y un jugo de naranja. Los desayunos completos son ahora parte de nuestras rutinas, paradójicamente una ventaja de la cuarentena.

La diversión es nuestra rutina

Luego del desayuno, llega una ronda de dibujos para Carlota, ella apenas tiene dos años y unos cuantos meses, los garabatos abundan en las hojas recicladas, su mamá la entretiene mientras yo trabajo desde casa.

A media mañana, es el turno de la merienda, unas frutas o un par de galletas se devoran rápido, es momento de continuar con la diversión. Su mamá me pide ayuda, llega el turno del escondite.

Carlota en cuarentena

Carcajadas infinitas

Ella no sabe contar todavía y mucho menos esconderse, pero disfruta con carcajadas infinitas cada vez que trata de buscarme y yo aparezco con un grito detrás de alguna pared. No se asusta, más bien le divierte mucho.

Así transcurre nuestra mañana, entre dibujos, escondite y meriendas… El medio día es sinónimo de almuerzo y al igual que el desayuno, la elaboración es mayor, una pasta de espinaca con salsa de berenjenas y calabacín ayuda en cualquier momento de angustia, el plato lo acompañan unos plátanos con canela y un jugo de lechosa. Les digo que la cuarentena despertó nuestras ganas de cocinar.

El «tobito» sale a relucir  

Después de comer, Carlota se baña, por supuesto con ¨tobito¨, porque a pesar de estar en esta situación no hay compasión por parte del régimen. Los servicios básicos siguen de mal en peor, es verdaderamente difícil llevar la cuarentena, sin agua, con bajones de luz y con un internet lento, pero muy lento.

Hoy no hay siesta, no quiere dormir, es momento de que alguien nos ayude, llega el turno de ¨la tele¨ ese aparato con programación diaria de caricaturas es una mano amiga, un televisor siempre saca de apuros a los padres, aunque muchos piensen lo contrario. Un paseo por Peppa Pig, Mickey Mouse y Paw Patrol ayudan a distraer la tarde.

Otras diversiones en cuarentena

Armar una carpa con las sabanas de la cama, bailar con la música a todo volumen, sembrar una mata con las semillas de la patilla, sonar un pito por la ventana sin importar si aturde a los vecinos, así transcurren los días en cuarentena para Carlota, y para nosotros también.

Una esperanza

Quizás yo me consuma entre la angustia y la desesperación, a lo mejor su mamá se siente fatigada por no poder salir, el miedo puede que se apodere de nosotros, pero sentir que nuestra hija está feliz en cuarentena, saber que sonríe sin miedo alguno porque estamos todos aquí, jugando con ella, es una cura para el alma, es una esperanza entre tanta adversidad.

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