El Refugio de la Divina Misericordia (REDIMI), fundado en el año 2016, se encarga de dar una ayuda a los más necesitados, en especial, a las personas mayores en estado de calle, personas rehabilitadas de las drogas, jóvenes sin un hogar, entre otras. Ofreciéndoles un plato de comida, alguna ropa y hasta algunas cobijas para el frio nocturno de la calle.
Esta se mantiene gracias a donaciones de la comunidad, la iglesia católica y cualquier persona que lo desee. Así trabajan sin cesar a pesar de la cuarentena por la COVID-19, la cual ha golpeado fuertemente este refugio, pero aún así, mantienen su fe en Dios que esto “sólo es de momento”.
Ahora es noticia:
Labor de REDIMI en cuarentena
En esta cuarentena, las cosas para este refugio han cambiado un poco, centrándose en el cuidado y prevención del virus, repartiendo a los que en verdad lo necesiten, gel antibacterial, tapabocas de telas (donados por una costurera de la entidad), agua mineral, entre otros artículos de higiene y prevención.

Complicaciones con los entes municipales
Uno de los coordinadores de este refugio, cuya identidad pidió se resguardara, por temor a problemas con la alcaldía del municipio Juan Antonio Sotillo, informó al equipo de Todos Ahora que su labor sigue y no se detiene, que por un permiso “ficticio” la labor de Dios para ayudar a los demás, no se debe detener.“Nos han dicho que debemos tener un permiso para poder ayudar a los demás, esto es insólito. Yo quiero es seguir la misión del señor, ayudar a los demás. Esto no me beneficia en lo absoluto a mí, ni a los que trabajamos acá, todo lo contrario, nuestra satisfacción es poder ver que ponemos nuestro grano de arena y que contamos con toda la ayuda de nuestra comunidad”, informó.