En 1969 llegó a Venezuela, de la mano de la Iglesia Católica, una italiana llamada Francesca Ravasio .La apodaron Paquita, fue conocida por todos en Lara. Se sabía que vino a realizar un voluntariado y finalmente decidió quedarse para ayudar a los necesitados. Pasó de ser inmigrante a voluntaria.
En el centro de la ciudad de Barquisimeto, durante 50 años, la casa de Paquita ha sido el hogar de cientos de niños. Aunque ella no es madre, biológicamente, su labor le ha otorgado la oportunidad de ser una.
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En este sentido, su entrega y compromiso le brindó la oportunidad de formar, tanto espiritual como académicamente, a muchísimas personas.
Inmigrante voluntaria de «La ciudad de los muchachos«
La sede principal de la máxima creación de Francesca Ravasio en la ciudad crepuscular se llama “La ciudad de los muchachos”. Es una casa hogar ubicada en la carrera 13 con calle 43, actualmente alberga a 60 niños y jóvenes. Además reciben diariamente a personas externas para proporcionar alimentos.
Así fue como pasó de inmigrante a voluntaria en Venezuela.
De lunes a viernes 17 mujeres asumen la misión de trabajar en dicho hogar para cumplir con la organización, alimentación, limpieza y educación.
Greizer Vargas tiene 15 años laborando en “La ciudad de los muchachos” y comentó que vive del aprendizaje. El voluntariado le ayudó a fomentar lo espiritual y se siente cómoda guiando a los más jóvenes.
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Además mencionó que trabajar con ‘Paquita’ le ha enseñado a emplear siempre las tres P “Paciencia, prudencia y perdón”. A pesar de la crisis por la que atraviesa Venezuela, este grupo de mujeres sigue brindando apoyo. Justamente en la época en donde más las necesitan, ellas son ejemplo de mujeres venezolanas que dan alimento para el cuerpo y el alma.
