La crisis generalizada que actualmente azota a la población venezolana es cada vez más evidente. La prueba de ello está en niños que no pueden ir a sus escuelas por falta de recursos, o incluso alimentos. También padres que no cubren sus necesidades debido a lo insuficiente que es un salario mínimo. En el caso de los adultos mayores, se ve cómo algunos vagan en las calles en busca de una mano amiga, y por supuesto, están los jóvenes; quienes se han enfrentado con el lado más oscuro de esta crisis: falta de oportunidades, violencia, migración forzada, y demás elementos propios de este contexto país.
Las sociólogas Showny Aar y Roxana Goncalves ofrecieron en entrevista con Todos Ahora, un análisis de la juventud venezolana y las vivencias atípicas que le ha tocado enfrentar.
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¿Cuál es el análisis sociológico?
De acuerdo con Goncalves, «la juventud es la etapa donde comienza la formación de expectativas», por lo cual, el joven venezolano muchas veces no encuentra una visión de futuro en su país y mira hacia otras fronteras. Así lo demuestra también los más recientes resultados de la Encovi, que señala que el mayor número migratorio del país, lo registran los jóvenes.
Sin embargo, Azar destacó que, de acuerdo con el informe de Migración y Refugio 2020 de la ONG Un Mundo Sin Mordaza, una población importante de los jóvenes del país sigue interesada en estudiar y están realizando sus estudios superiores. Esto sin dejar de apuntar los altos niveles de deserción escolar y universitaria que existe.
«Pudimos percibir que el porcentaje de ellos que no está estudiando, es por falta de recursos, de transporte o la imposibilidad de trabajar y estudiar a la vez. Asimismo, en este sector, la mayoría no tienen beneficios de la Ley Orgánica del Trabajo. Esto ya que las empresas prefieren brindar beneficios contractuales a fin de no tener ninguna responsabilidad con ellos a causa del fenómeno migratorio que existe», comentó Azar.
¿Cuáles son las vivencias atípicas del joven venezolano?
Ambas expertas coincidieron en que al joven venezolano le tocó desarrollarse en un ambiente de crisis multidimensional, es decir, «no solo el en ámbito de desarrollo de capacidades, si no, en aspectos políticos, educativos, culturales y económicos».
Asimismo, destacaron las vivencias atípicas que bajo este contexto se enfrentan. Entre ellas: violencia generalizada, precarización del trabajo y en los servicios públicos, limitación para independizarse, migración forzada, etc.
«Tenemos una juventud venezolana que sufre impactos de todo tipo. Por ello nos encontramos con un joven que no puede cursar una carrera profesional porque no tiene los recursos y debe ayudar en su casa a palear la crisis. Además, es una juventud que ha tenido que llegar a la madurez velozmente. Los aspectos de seguridad, alimentación y política, lo afectan de gran manera», señaló Goncalves.
«La Emergencia Humanitaria Compleja y el fenómeno migratorio, son vivencias atípicas que nos ha tocado vivir. Lo cual nos impide desarrollarnos de forma personal y profesional, así como desarrollar nuestra identidad. Lo que genera cierta distorsión en esa formación de identidad propia de esta etapa. En lugar de vivir, estamos sobreviviendo», añadió Azar.
¿Qué hacer para afrontar esta realidad?
Las sociólogas resaltaron que, a pesar del contexto adverso que hoy se vive en Venezuela, se debe tener conciencia de que las crisis son momentáneas. Así como que la juventud debe formar parte del proceso de recuperación.
«La forma de enfrentar esta situación es empezar por comprender que estamos en un entorno de crisis bastante delicado. Además, de que se debe vivir el día a día porque no tenemos muchas posibilidades de pensar en expectativas a futuro. Sin embargo, no hay que dejar de formarse, de buscar espacios de crecimiento personal y profesional porque las crisis no duran para siempre. Esta preparación hará del joven venezolano una potencialidad que en pocos lugares del mundo se van a ver y que no podemos olvidar que el joven, es joven una sola vez. Esta etapa es uno de los mayores picos de crecimiento del ser humano y por ende no debemos dejarlo de lado pese al entorno de crisis.
Finalmente, llamó a no satanizar la situación del país. «Hay que buscar los aspectos positivos para ir sembrando granitos de arena en los espacios en los que nos desenvolvamos», recomendó Goncalves.
Por su parte, Azar llamó a «luchar y mantenernos firmes. Ver qué cosas se están haciendo mal para mejorarlas desde nuestros espacios y a brindarnos apoyo moral. Más allá de señalar a los responsables, levantemos el país», dijo.
