Un hombre y su hijo fallecieron en La Guajira por comerse un pez sapo venenoso, al no tener más nada que comer.
«Ya ellos no aguantaban más el hambre que tenían. Se comieron unos sapos, se pusieron mal y se murieron. El esposo y el hijo de mi prima murieron por la necesidad y el hambre que hay», declaró Yajaira Paz, residente de la árida zona, ubicada al noroccidente de Venezuela a la Voz de América.
Ahora es noticia: Amenazadas: Comunidades indígenas ante el coronavirus
Se ha conocido que esta zona fronteriza colombo-venezolana como otras cumunidades indígenas de Venezuela, se encuentran en una profunda crisis sanitaria y alimenticia, la cual han denunciado en reiteradas ocasiones sus habitantes y organizaciones defensoras de los derechos humanos.
Además, las medidas de cuarentena por el coronavirus han agudizado las condiciones de los indígenas de La Guajira. La población está aislada y sitiada desde hace cuatro meses cuando se restringió el paso hacia Colombia. Por este motivo, sus ciudadanos están alejados de los centros de comercio y producción y han quedado sin opciones para alimentarse.
La población aborigen aseguró que no cuentan con alimentos y que lo poco que logran conseguir es para el consumo de los niños.
«Pasamos hasta tres días sin comer. Si conseguimos medio kilito de arroz, hacemos chicha para los muchachos o lo preparamos solo con sal y agua”, contó Mirla Ríos, pobladora de La Guajira.