Día 49: El mundo ya no es una pelota

Hace varios días el mundo se detuvo, se frenó en seco, en un pestañeo estábamos aislados en nuestras casas, esperando que pase lo peor, murió mucha gente, y seguirán muriendo miles, el futuro es complicado, tan complicado que no se sabe cuándo regresemos a la aparente normalidad.

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Y hablando de normalidad, hay algo que hace falta, y mucho. Hablo de los deportes, ese gigantesco monstruo que despierta pasiones, nos entretiene sanamente, mientras mueve millones en la economía mundial.

Las luces se apagaron el mundo

El mundo dejó de tener deportes, las luces se apagaron para darle paso a otras prioridades, lo que parecía intocable, pues resultó ser lo más perjudicado. Ni sus grandes estrellas, ni sus infraestructuras gigantes, ni los grandes patrocinantes, ni el afán de los políticos por dominar, nada pudo defender al deporte de la pandemia.

Los domingos son los días más complicados, generalmente uno desayunaba con la Premier League, o el fútbol italiano, luego al medio día te dabas un almuerzo con La Liga española y tu tarde terminaba con fútbol venezolano, quizás hasta daba tiempo para cenar un partido de la Súper Liga Argentina. Este menú es solo en el caso de aquellos que comen fútbol. ¿Y los degustadores de otra cosa?

La NBA estaba en su etapa cumbre, los Lakers de LeBron, Antetokounmpo y los Bucks, todos en camino a los playoffs. Nos esperaban noches mágicas, gigantes saltando como súper héroes, triples, dobles y tapones. Menos mal pudimos observar el juego de las estrellas, fue nuestro último gran regalo de este deporte.

La nostalgia de algo que no comenzó

Y qué decir de la gran carpa, estaba próxima a comenzar, pero quedó atrapada en todo el medio del virus, ya estamos en mayo y todavía no hemos visto un jonrón de Gleyber Torres o un robo de base de Acuña. El único aperitivo que nos dieron –hasta el momento- son esos dos jonrones de Miguel Cabrera, en la pretemporada, ante los envíos de un tal Gerrit Cole.

Sin medallas, sin trofeos, sin victorias…

Este año era especial en el mundo por los Juegos Olímpicos, la Copa América, y la Eurocopa, solo por citar unos ejemplos, pero ahora el 2020 quedara como un año aburrido, sin resultados, sin medallas, sin trofeos y sin victorias.

Este virus complicado nos quebrantó, no enseño la fragilidad de todo y no nos deja continuar tranquilamente. ¿El deporte volverá? Creo firmemente que si, las pasiones nunca mueren, la competitividad, la forma de juego, el entretenimiento, pues claro que volverá.

Quizás el deporte no salve vidas directamente contra la Covid-19 pero será esa inyección de espectáculo que nos hará olvidar este terrible momento en nuestra historia, cuando veamos un estadio lleno nuevamente, podemos voltear y decir: ¡Vencimos al coronavirus!

Vamos deportes, esperamos por ti…

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