“El sistema de partido tiene tanta importancia como los órganos oficiales del Estado” Maurice Duverger
Tomando en cuenta los estudios del politólogo Maurice Duverger, se puede definir al sistema de partidos, como el conjunto de características fundamentales (estructura, ideología, alianzas, discurso, propaganda) que detentan los partidos políticos en un país determinado. Salta a la vista la preeminencia que tienen los partidos políticos en un sistema político democrático en el que la Constitución contempla que la voluntad de la ciudadanía debe reflejarse lo más fiel posible en las instituciones políticas; para tal fin se celebran eventos electorales en el que los partidos políticos articulan las propuestas ciudadanas y compiten por obtener espacios de poder.
Características del sistema de partidos venezolano
El sistema de partidos en Venezuela desde 1999 se caracterizó por ser multipartidista. Sin embargo, a partir de 2007 con la fundación del Partido Socialista Unido de Venezuela hubo un cambio importante ya que, si bien se mantiene el sistema multipartidista, irrumpe un partido de marcada predominancia sobre el resto, en otras palabras, un partido hegemónico. Dichas pretensiones hegemónicas estaban avaladas por un importante apoyo popular, pero el mencionado apoyo declinó progresivamente una vez falleció su fundador y el actual régimen mostró una gestión ineficiente (inflación, desabastecimiento de artículos básicos, vulnerabilidad de los DDHH, quiebre injustificado de empresas del sector público; por sólo nombrar algunos datos).
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No fue sino hasta diciembre de 2015 cuando la oposición política obtiene la mayoría de escaños en la Asamblea Nacional, asestando un duro golpe al partido hegemónico. A partir de ese momento, el partido de gobierno, que ya controlaba de manera férrea las instituciones políticas, usurpó las funciones del legislativo nombrando una Asamblea Nacional Constituyente en 2017, que por su origen no fue reconocida por la comunidad internacional; paralelamente el régimen se percató que no contaba con el respaldo popular y se encargó de arbitrar de manera parcializada las elecciones de los años 2017 y 2018, trayendo como efecto el abstencionismo popular debido a la desconfianza y falta de credibilidad en el ente comicial. Hoy en día el desempeño del régimen ha sido por decir lo menos, ineficaz y sabe bien que en unas elecciones con las más amplias condiciones, perdería. Es por ello que ha decido atacar violentamente a los representantes y lideres más destacados de la oposición política.
El G4 que aglutina los partidos opositores más importantes, y con mayor representación en la Asamblea Nacional, actualmente es objeto de un ataque sistemático por parte del régimen, el cual busca su extinción. El modus operandi del ataque es intervenir la directiva del partido y nombrar a exmilitantes que sirven para colaborarle al régimen, que pretende aniquilar la estructura partidista de las fuerzas opositoras. Tal pretensión impacta de manera negativa el sistema de partidos.
Consecuencias
Apreciamos entonces como el sistema de partidos se convierte en un teatro, una pantomima, que no representa la lucha legítima de unas organizaciones que, con un plan de gobierno, una ideología y un discurso le ofrezcan a la sociedad un mejor rumbo; todo lo contrario, se muestra un partido hegemónico que acepta al resto siempre y cuando coexistan y cohabiten con unas reglas electorales que no tienen en cuenta la separación de poderes, el principio de legalidad, ni la Constitución, sino el objetivo diáfano de perpetuarse en el poder político a expensas de un país cada vez más deteriorado.
Es lamentable apreciar la forma en que a dirigentes y militantes de partidos que, con mucho pundonor y dentro del marco democrático han resistido los sistemáticos y múltiples ataques del régimen, verlos aguantando lo que pudiese ser “una estocada final”; en los próximos días y semanas seremos testigos de arremetidas similares que atentan contra la ciudadanía y la democracia.
Si durante el 2018 hubo abstención electoral, este año en las elecciones que el régimen piensa celebrar se incrementará la abstención. Finalmente, la intervención a los partidos políticos es una afectación importante a la democracia y al estado de derecho, una vez más el régimen apunta al control absoluto de la vida política, arrinconando a la oposición al exilio o a la clandestinidad. Momentos sin duda difíciles para la democracia.
Excelente Artículo señor Ricardo, no debemos participar en lo que ellos llaman «elecciones» El 6 de Diciembre es una burla total. El pueblo necesita Democracia.