Política: consideraciones en una pandemia

La historia del mundo es convulsa, movida por guerras, migraciones y enfermedades, una visión que se tiene hoy frente al pasado, desligándonos de esa continuidad de acontecimientos. El quehacer humano es tecnológico, mayormente. Redes sociales, y diferentes innovaciones, en ese río de información virtual hay de todo: mentiras, verdades, manipulación, libertad, luchas sociales desde el teléfono, y distintas peticiones de persona activas en “la realidad”.

Parece que sí estamos en el mismo hilo histórico pero no lo concebimos como tal. Hay migraciones (Venezuela, Siria) hay guerras (Siria) y enfermedades, específicamente una pandemia, la covid – 19. Esto parece sacarnos de este letargo que ha causado en muchos la tecnología. La sociedad se enfrenta hoy a un cambio inminente en las rutinas, en los día a día. Y por supuesto, en la forma de hacer comunidad, en su política.

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La pandemia parece dirigir el curso de los acontecimientos, como una ola desde Asia hasta América. Hace destrozos en algunos lugares a su paso, parece afectar a unos más que otros, y pone en tela de juicio los liderazgos, las estructuras sociales, el manejo económico y a la ciudadanía en sí misma.

El Estado comienza a tener una cantidad constante de solicitudes. Tomar las medidas correctas en el momento preciso, exigir a los líderes que tomen las previsiones de salud, pero que no destruyan la economía, etcétera. Así un sinfín de peticiones que se enmarcan en una cosa: más libertad de acción a los gobiernos y menos libertad para la gente.

Hoy parece ser lógico que el Estado te obligue a quedarte en casa, porque de ahí depende el bien de todos. Lo que es una concepción del bien común muy particular, es decir, limita las libertades para proteger a la población.

Entonces ¿Es papá Estado? Es bien sabido que en momentos de crisis, debe haber acciones adecuadas. Como se entendía la Dictadura en Roma, un poder mayor al dictador para salvar la República. En 2020 ¿Existe algún líder para confiarle plenamente este poder, y salvar así la democracia?

Desde hace mucho, algunos Politólogos hablan de una crisis de representatividad, por lo menos en Latinoamérica. Aquí la gente no se siente plenamente identificada con los políticos, y la forma de votar es “el menos malo». Surge entonces una interrogante, si se sacrifica libertad por seguridad, hoy en día sanitaria ¿Qué sucede con esa parte de la población que no cree en su gobierno, le podrá confiar su libertad a cambio de la seguridad? Puede que la respuesta sea: no hay de otra.

Este momento histórico requiere mucha empatía y entendimiento. Las libertades están siendo limitadas, por un bien mayor, pero hay que cuidar y ser muy cautos en este poder otorgado a los gobiernos. Hay que ser vigilante de nuestras leyes y nuestros derechos. Las garantías están allí, en la fortaleza que tenga una constitución. Por eso muchos países están en riesgo, tienen democracias golpeadas, y pueden en últimas ser víctimas del coronavirus también.

¿Qué vendrá después de esto?

Mucha participación del Estado. Es posible una recesión económica, que dará por sentado una participación muy activa de los gobiernos para rescatar el comercio y evitar, al menos, no aumentar a dos dígitos la pobreza. Este poder puede verse reflejado en la política, en momentos donde no hay cabida para elecciones, ni participación, sino para actuar y sacar adelante al país y su economía.

No se puede decir con una bola de cristal, dónde pasará qué cosa, pero si es importante entender que el mundo verá con otros ojos la salud, la prevención, y lo ideal es que se generen políticas públicas que preparen a los sistemas de salud, y se reevalúe el ejercicio de este derecho en los diferentes países. Por otra parte, se generarán algunos debates sobre los liderazgos ¿Necesitamos líderes carismáticos o líderes preparados para situaciones de contingencia? Definitivamente la pandemia reinsertará en la sociedad algunas dudas, y puede generar un cambio político y social, no sólo en los países a lo interno, sino en las relaciones internacionales, las balanzas de poder pueden sufrir alteraciones, y para eso se debe estar al resguardo de las leyes, entendiendo que estás pueden ser un medio poderoso para proteger la Libertad.

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