En 2016 escribía para un portal llamado “Entre Política” el cual coordinaba Gabriel Santana, actual dirigente político del municipio Chacao; y en el marco de dicha oportunidad, una vez escribí sobre “Pokémon Go”, aplicación que en el momento había realizado su lanzamiento mundial, permitiendo a sus más fieles seguidores y a quienes a penas le conocían a incorporarse en su mundo; tras una combinación entre lo real y lo virtual. Recuerdo que en aquel momento mi entorno, integrado por fanáticos o no, fue proclive a descargarla y probarla, incluso la aplicación fue objeto de declaraciones por parte de Nicolás Maduro y hasta de polémica porque en aquel entonces el diputado Freddy Guevara manifestó vía Snaptchat que había atrapado un “Cubone” dentro del hemiciclo de sesiones de la Asamblea Nacional.

Aquel artículo titulado “Poképolis” contrastaba la aplicación con el “Homo Videns” de Giovanni Sartori, en donde afirmaba que la misma era parte de la “plena y rapidísima revolución multimedia” en el que, a diferencia de la televisión, que “nos permite verlo todo sin tener que movernos”, el usuario o jugador está condicionado a levantarse y recorrer su ciudad para hacerse de pokemones, cumplir objetivos, entre otras metas del juego virtual; siendo implícito el contacto con el mundo exterior, aunque se genere a través del móvil.
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Actualmente, pese a que la aplicación convierte a plazas, murales, avenidas, estaciones de Metro, paradas de autobuses y otros tantos lugares que conforman la ciudad, en elementos temáticos asociados al mundo Pokémon; la aplicación en Venezuela es muy poco utilizada y mencionada, probablemente por el alto costo en cuanto a consumo de datos que la misma representa en un país donde los espacios públicos carecen de wifi y por lo inviable que resulta recorrer la ciudad a plenitud por el riesgo que representa exponer el teléfono movil a raíz de la mala gestión, para nada “virtual”, llevada a cabo por autoridades municipales y gubernamentales; sobre todo en el caso del municipio Libertador, que en 2016 era gobernado por el actual presidente de la Asamblea Nacional “Chavista”, Jorge Rodríguez y actualmente por Carmen Meléndez.
En aquel artículo de 2016, esbozaba que la aplicación en medio de su auge era una oportunidad para “denunciar los problemas que aquejan a la ciudadanía, ante la ausencia de políticas públicas en materia de seguridad ciudadana, que anula el encuentro y niega la posibilidad de atraer visitantes que consuman, y disfruten de “Pokémon Go” en los lugares que esta invita a conocer”; sin embargo, debo admitir que hasta yo dejé de jugarla por las razones que expuse anteriormente.
Pokemón Go en España
Durante mi estancia en España, tras seguir la cuenta de Nintendo España en Twitter, la red social me sugirió seguir también la de Pokémon Go y esto me llevó a recordar la aplicación y descargarla nuevamente para ver que tan diferente estaba, que tenía de innovador y a su vez reencontrarme con mis pokemones; tomándome por sorpresa la invitación a participar en un evento en Sevilla llamado “Pokémon Go Safari Zone” – al que por curiosidad, por supuesto asistí – y estando allí me acordé inmediatamente de un párrafo de aquel artículo de 2016 que les reseño a continuación:
“Es menester destacar que la aplicación en cuestión es capaz de activar el comercio y convertirse en referencia para la medición del desempeño de la gestión pública, pues ha de ser evidente que las personas se han de concentrar con mayor frecuencia en espacios en donde los índices de seguridad sean elevados y existan mayores facilidades para acceder a wifi, por lo tanto, “Pokémon Go” ha de ser una recompensa a aquellos espacios dignos para el esparcimiento ciudadano, la participación, el comercio y la cultura; dándole un valor agregado que resignifica el sentido de localidad y de ciudad vivida, en medio de la globalización, en el que la realidad se impone ante lo virtual pues sin eficiencia gubernamental e índices positivos de gobernabilidad, no habrá tecnología que haga viable a “Pokémon Go”.
Aquel “safari” de Sevilla, más allá de lo que significó ver a Pikachu o Eevee o atrapar unos cuantos pokemones que no tenía; me confirmó lo que había escrito en aquel entonces; pues para el momento la aplicación no contemplaba hacer este tipo de eventos que hoy son una realidad y reflejan como la dinámica comercial se adapta y aprovecha la dinámica virtual, pues la zona de foodtrucks contaba con una gran variedad de opciones gastronómicas, cuyos menús tenían nombres asociados al juego de la mano de una decoración afín con el mismo; el acceso no estaba restringido solo para “entrenadores” con pase, pues contaban con la logística tecnológica de Movistar, Vodafone y otras operadoras que asociaban tu línea telefónica con tu perfil en la aplicación, habilitando el mismo para que pudieses gozar de los beneficios que implicaba comprar la entrada, mientras que el resto de espectadores igual pudo beneficiarse de los shows, charlas, hidratación y por supuesto pasar por la gift shop para comprar su souvenir favorito de Pokémon. En ese sentido, el evento contó con una gran variedad de participantes provenientes de otros países, tanto de Latinoamérica, Estados Unidos y el resto de Europa, premiando de este modo a la ciudad de Sevilla en cuanto a ingresos en materia de hotelería, consumo, transporte, etc.
Las oportunidades de Venezuela
Todo lo anterior nos permite reflexionar de cuántas oportunidades pudiesen tener nuestras ciudades en Venezuela, si tan solo mejorara la infraestructura en materia de telecomunicaciones, si la seguridad pública fuese una constante y existiera una real dinámica económica que además de subsanar problemáticas de índole básica permitiera que ideas “frikis” como estas pudiesen ser viables, representando en sí mismas una posibilidad de generar y diversificar las fuentes de ingresos.
Quizás otra variable por la que Pokémon Go no tuvo tanto éxito en Venezuela, es porque sencillamente su fanaticada no es tan elevada como en otros países, pero pudiesen existir o construirse otros mundos virtuales que representarían una gran oportunidad para realizar demandas y mejoras en la gestión pública, ejecutar eventos que combinen lo digital con lo real e implementar estrategias creativas que potencien el desarrollo comercial de nuestros pueblos, municipios y grandes ciudades.