Más cuarentena social representa menos elecciones en Venezuela
Antes del impacto del coronavirus en el sistema político venezolano la oposición política, en concordancia con la comunidad internacional, fomentó como plan para democratizar el Estado la realización de elecciones libres, dicho proceso posibilitaría una transición política. Desde la Asamblea Nacional, la Comisión Preliminar para la elección de los nuevos rectores del CNE estaba realizando acuerdos importantes, incluso llegó a elegir a los 10 miembros de la sociedad civil que conformarían el Comité de Postulación Electoral, en este contexto e intempestivamente, aparece el coronavirus como la primera pandemia de nuestro siglo que trastocó enormemente más en la agenda política del mundo y por supuesto de Venezuela.
Una de las reacciones más significativas del régimen fue decretar el 13 de marzo, a través de la Gaceta Extraordinaria N°6.519, el Estado de Alarma en todo el territorio nacional declarando concomitantemente la cuarentena y el distanciamiento social como mecanismos para frenar la expansión del virus. Ante tales circunstancias ¿Qué ocurrió con la propuesta de elecciones? Es evidente que los esfuerzos para coordinar dichos comicios pasaron a un segundo plano, pues irrumpió una contingencia impostergable.
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El coronavirus y sus devastadores efectos sociales y económicos figuran como tema de primer orden en la agenda política del régimen y de la oposición también, en este sentido el régimen ha intentado disminuir los altos índices de hambre y necesidad de la población otorgando bolsas y cajas de comida, acciones visiblemente insuficientes.
Por parte de la oposición, se ha iniciado un plan que busca atender a los trabajadores del sector salud, con una transferencia de 100 dólares, para apoyar a ese gremio tan golpeado por las políticas erráticas del régimen.
El objetivo principal del régimen es controlar el coronavirus y disminuir en gran medida los contagios, pese a ello el pasado fin de semana en una entrevista con la emisora argentina La Pizarra, Nicolas Maduro afirmó “La elección de la Asamblea Nacional es obligatoria según la Constitución, toca en el año 2020 (…) Sin embargo, a estas alturas yo no sé si habrá elecciones este año porque tenemos esta prioridad, y hoy sería una irresponsabilidad de mi parte decir que tiene que haber elecciones a ‘troche y moche’. Sería una irresponsabilidad”, según esas declaraciones salta a la vista que mientras más tiempo se prolongue la cuarentena social subsiguientemente se pospondrán las elecciones parlamentarias.

Frente a la ausencia de postura sobre las elecciones por parte de la oposición, el régimen dio un paso al frente y recordó este fin de semana que quedan por realizar las elecciones parlamentarias. Esto denota que el régimen continua en su pretensión de imponer sólo unas elecciones parlamentarias, cuando más de 50 países, entre ellos las potencias con mayor influencia en la sociedad mundial, han señalado taxativamente que para redemocratizar el sistema político venezolano se hace imperativo la realización de elecciones generales. Si a esto se le suma la nula disposición que ha mostrado el régimen para acercarse a la oposición y buscar una salida negociada y electoral a la crisis, tenemos como resultado la sistemática imposición de un cronograma electoral sólo reconocido por el régimen y que niega enfáticamente la posibilidad de unas elecciones amplias y con garantías.
Un gesto de acercamiento lo representaría la liberación de los presos políticos, el reconocimiento de la Asamblea Nacional como fuente legítima del poder legislativo, la habilitación de los principales actores políticos de la oposición para que puedan participar en un proceso electoral, la garantía de que se renovaran las autoridades electorales y se revisará a fondo el poder electoral, la aceptación de la OEA, ONU y Unión Europea como veedores de la transparencia del proceso electoral; sin estos gestos un acuerdo para celebrar elecciones en las más amplias condiciones no será posible, la presión internacional continuará recrudeciéndose mientras que el sistema político venezolano se tensiona a niveles nunca vistos, en este clima horroroso es la ciudadanía quien seguirá sufriendo la escasez de gasolina, la hiperinflación y los deteriorados servicios públicos.
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