El día 25 de mayo de 2020 sucedió la muerte de George Floyd, mismo día en que se celebro el Día Mundial de África. El primero es un lamentable suceso, violación declara contra los derechos humanos de un hombre afroamericano víctima de la brutalidad policial. El segundo conmemora la fundación de la actual Unidad Africana. Esta organización promovió y promueve la libertad, la democracia y la lucha por los derechos humanos dentro y fuera del continente.
Su coincidencia en una misma fecha es una prueba de los avances y logros en materia de derechos humanos y, al mismo tiempo las fallas, las carencias y los grandes obstáculos con los que, en pleno siglo XXI un se debe luchar para erradicar el racismo y la xenofobia.
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Qué sucedió a George Floyd
Los sucesos entorno a la muerte del George Floyd, han dado la vuelta al mundo entero. Y lo que hasta ahora se conoce, es que este ciudadano estadounidense afroamericano, quien presuntamente habría cancelado con un billete falso de 20$ en una tienda; falleció el 25 de mayo de 2020 después de que el policía Derek Chauvin, lo baja de su vehículo, sometiera y se arrodillara sobre su cuello durante más de siete minutos hasta asfixiarlo, mientras se encontraba esposado y boca abajo en el pavimento, diciendo que no podía respirar.
Otros tres oficiales que estaban involucrados ayudaron a su contención y evitaron que los transeúntes preocupados intervinieran.El evento fue grabado con móviles por varios espectadores y prontamente se hizo viral. Los cuatro oficiales involucrados fueron despedidos al día siguiente. El hecho ha producido una ola de manifestaciones públicas, inicialmente pacíficas, que se han tornado violentas los últimos tres días, llegando al vandalismo y la destrucción de espacios públicos y privados.
Hay elementos bajo investigación que hasta ahora solo comprometen la capacidad de los funcionarios y su intencionalidad; como el arresto de Chauvin producido el día viernes 29, poco después de que la vicepresidenta del concejo municipal de la ciudad diera a conocer que la víctima y el agente que le asfixió trabajaron juntos en un restaurante mexicano de la ciudad. Sin embargo, las averiguaciones continúan y lo que se percibe es dolor, frustración y más violencia.

Una sociedad molesta e indignada
La consternación que produjo este suceso, movió la fibra de muchos espectadores en el mundo. Ya que la violencia fue el medio utilizado por la figura de autoridad, para reprimir sin fundamento ni razón, de forma desmedida y sin compasión ni humanidad, la cara de un hombre contra el suelo; mientras imploraba poder respirar, deseando que su vida no terminase en tan denigrante situación, pero lamentablemente ese deseo estuvo entre sus últimos pensamientos.
Esta dolorosa escena, lejos de ser percibida como un hecho aislado, se enclavó dentro de la lucha social histórica por los derechos de los afroamericano. Esta gesta en EEUU representa un movimiento sumamente amplio, con cifras elevadas que demuestran como a pesar de vivir en un país de plenas libertades, la discriminación y el racismo aún se encuentran latentes dentro de sus comunidades.
Y las denuncias y reclamos que hoy se realizan exigen un respecto eficiente a los derechos humanos. El grito de dolor y frustración reclama que la muerte no sea un castigo más seguro para las personas de “color”, que para las personas “blancas”. Y que la muerte de Floyd no quede impune. Él representa el encendido debate y lucha política que se da en EEUU sobre el racismo y el abuso policial, donde la capacidad de superioridad de un hombre se trasforma en su arma letal contra la vida.
Un llamado importante
Y en este sentido, la autoridades y figuras políticas, deben actuar prontamente y tomar una posición equilibrada., Es necesario y obligatorio en respaldo de los derechos humanos, de justicia para Floyd y de respeto para los indignados protestantes. Pues, es un desacierto condenar el hecho, sin asegurar a la ciudadana una pronta y segura justicia en el caso. Como también criticar a los manifestantes y confundir las exigencias del movimiento social, con los actos vandálicos que aprovechados del momento han cometido hurtos y destrozos.
Pues ambas posiciones, tienen como consecuencia directa, lo que justo ahora sucede en diversos estados del país, donde las manifestaciones violentas están convirtiendo a las víctimas en victimarios, que ocasionan asaltos, robos, enfrentamientos y agresiones. Promoviendo aún más el resentimiento en vez de erradicarlo, trasformando la indignación en odio. Entendiendo que, aquello que realmente se desea, es que aquel rostro de Floyd contra el suelo, no sea olvidado y que en el futuro disminuyan las expresiones de racismo y abuso de poder.