La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el pasado cuatro de febrero intentó hacer una visita a Venezuela, a fin de reportar y constatar de primera la situación de los DDHH en Venezuela. Esta se encuentra conformada por siete miembros, como lo establece su portal oficial mediante lo siguiente: “De acuerdo con la Convención Americana sobre Derechos Humanos, la Comisión se compone de siete miembros que deben ser personas de alta autoridad moral y reconocida competencia en materia de derechos humanos, elegidos a título personal por la Asamblea General de la OEA de una lista de candidatos propuestos por los gobiernos de los Estados miembros. Cada uno de dichos gobiernos puede proponer hasta tres candidatos nacionales del Estado que los proponga o de cualquier otro estado miembro de la OEA. Cuando se propone una terna, por lo menos uno de los candidatos deberá ser nacional de un Estado distinto del propuesto. Los Miembros de la Comisión son elegidos por cuatro años y sólo pueden ser reelegidos una vez”. Este es un órgano autónomo de la OEA y el primero que recibe las denuncias de violaciones de DDHH a nivel Internacional en el Continente, debido a que es el primer mecanismo de protección fuera de la nación.
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Al momento de negarse en la ciudad de Panamá el ingreso de los enviados al avión que venía al país Suramericano, a quienes eran la Relatora para Venezuela, Comisionada Esmeralda Arosemena de Troitiño; el Secretario Ejecutivo de la CIDH, Paulo Abrão; el Relator Especial para la Libertad de Expresión, Edison Lanza, se viola un artículo importante de La Carta de la OEA, el cual establece lo siguiente: “Habrá una Comisión Interamericana de Derechos Humanos que tendrá, como función principal, la de promover la observancia y la defensa de los derechos humanos y de servir como órgano consultivo de la Organización en esta materia”. Además se viola el artículo 106 de la Convención Americana de Derechos Humanos que establece “Habrá una Comisión Interamericana de Derechos Humanos que tendrá, como función principal, la de promover la observancia y la defensa de los derechos humanos y de servir como órgano consultivo de la Organización en esta materia.”
¿Qué iba a hacer la CIDH?
Dentro de los propósitos por los cuales la CIDH se enrumbó en este viaje es para constatar mediante la observación de primera mano las diversas denuncias que llegan a esta sobre la violación de DDHH, encontrarse con las víctimas, hacer visitas a ONGs nacionales y además recorrer los centros de salud como el Hospital J.M de los Ríos, el cual luego de esto fue lugar de una manifestación debido a que requerían del ingreso de la Comisión para que reportara la grave crisis que experimentan los centros asistenciales en Venezuela, en especial este.
El ente realiza la visita debido a una invitación por parte del Presidente Encargado Juan Guaidó, jefe de Estado reconocido por la OEA, sin embargo el Régimen de Maduro no iba a dejar ingresar a la Comisión debido a que desde del año 2017 se ha denunciado la Carta de la OEA, la institución y sus cuerpos derivados, así mismo , ha buscado retirarse de la Organización para no tener más obligaciones ni compromiso con la misma ni tener que cumplir sus pactos internacionales ya suscritos, lo cual no ha sido posible debido a que como lo dilucida el portal Punto de Corte, parafraseando a la CIDH “Hace 18 años que se registró el último ingreso de la CIDH a Venezuela, en 2002. El Estado venezolano sigue en deuda con el sistema interamericano “ y debe cumplir con: las sentencias de la Corte Interamericana, la ejecución de medidas cautelares otorgadas por la Comisión; así como acatar la obligación que deriva de los instrumentos y pactos internacionales de protección, los cuales gozan de carácter constitucional en Venezuela”. Sin embargo también tiene que ver con el reconocimiento de la Organización a quién es el Presidente legítimo de la República, por lo cual la dictadura no permitirá su entrada al país porque sería admitir que la invitación fue hecha por el despacho de la Presidencia, entrando de nuevo en la diatriba del reconocimiento Internacional versus la soberanía.
Finalmente, tiene que ver también con una demostración de fuerzas del régimen con respecto a la Comunidad Internacional que reconoce a Guaidó, incluyendo organizaciones con las que hasta ahora se tienen obligaciones, es enseñar quien tiene el poder dentro del territorio, pero además evidencia un temor hacia mayor visualización de la Crisis Humanitaria Compleja en el plano de los Órganos que rigen al mundo, ya que, entonces demostraría más aún que el Régimen es un violador de DDHH y que es necesario que salga del poder, es por ello que la negativa del ingreso de la Comisión es una clara prueba de temor por parte de Nicolás Maduro pero también prueba del alcance del poder de su gobierno.